Anoche celebré mi cena de despedida con la peña de la empresa. Como podéis imaginar, mi jefe no vino… pero el que si que vino fue el CEO (Chief Executive Officer... usease el súper jefe) TOMAAA!!! Pero no os equivoquéis... no vino porque el NiLu sea importante... no hijos no... vino porque es de Cuenca y la fiesta la lleva en la sangre.

Bueno pos eso que empezamos la cena, traen el vino y mi primer brindis no podía ser otro que hidalgo hidalgo... hijoputa el que se deje algo!!! glugluglu toa p'adentro... cuando baje la copa, vi que todos me miraban con cara de asombro y a mi no se me ocurre otra cosa para salir de la situacion que mirar al súper jefe, levantar una ceja y decirle con voz de vaquero... Que? me vas a despedir!!!... HEHE el se rió y para sorpresa del personal levanto la copa y dijo... hidalgo hidalgo... hijoputa el que se deje algo!!! glugluglu toa p'adentro.

Pues bien, ese pequeño brindis fue el encargado de traer un alo de buerollismo e hizo que la fiesta se convirtiera en una orgía de chistes, anécdotas y mofas... regado, of course, por tropecientas mil botellas, tres trillones de chupitos, mil cubatillas y al menos 5 hidalgos mas (secundados por toda la mesa!!! Wheeeee!!!!!) XDDD.

La despedida fue increíble, duro 9 horas de las que cada segundo fue mágico y guardo para mi el recuerdo del súper jefe y yo andando por la calles de New York, aleteando como pollos mientras discutíamos acaloradamente sobre si mi elección de marcharme había sido la correcta.

Ahhh pero cuanto voy a echar de menos a esos cabrones!!!!